jueves, 26 de agosto de 2010

Todos armamos ilusiones. Querramos o no siempre hay alguna ilusión que creamos en nuestro interior, ya sea por algún amor,.Tal vez sea inconsientemente, pero lo hacemos. ¿Quién nunca se puso a delirar? ¿Soñar despierto? ¿Irnos de la realidad por unos instantes? Todos nos declaramos culpables por hacer eso, por tener esos instantes de imaginación sobre algo que quizas querriamos que pasara, meciono ese quizas porque hay muchas veces que imaginamos cosas que serían de lo peor, pero aún así creamos un espacio para esos inventos.
Todos tenemos algún lugar en nuestras mentes donde creamos cosas nuevas, hechos irreales, cosas imaginarias. Deseos, contradicciones, ilusiones. Tenemos este espacio para poder despejarnos, para poder ver solo lo que nosotros queremos, para hacer los deseos realidad por unos segundos, aunque sabemos bien que luego hay que volver a la vida de todos los días. Pero, ¿Qué pasa si probamos algo diferente? ¿Y si mezclamos esas ilusiones con la historia real? Muchas de las cosas que pasan por nuestra mente son momentos que queremos que pasen, imaginamos situaciones que podriamos llegar a lograr si ponemos nuestro empeño. Entonces ahí, en ese punto en que decidimos volcar la balanza de la ilusión en la realidad es donde comienza una historia nueva. Todos los días luchamos por cumplir esto que tanto deseamos. Ahora hay un nuevo objetivo en nuestro camino, que es ese de que nuestra ilusion se vuelva realidad.
Depende el caso lo logramos, y si no lo hacemos tenemos ese enojo con nosotros mismos, esa desilución, pero aquello comparado con lo que ahora voy a relatar no es nada.
Las personas que logran cumplir ese objetivo, logran hacer esa ilusión realidad, muchas veces después de un largo tiempo se dan cuenta de que hicieron realidad lo que querían, pero no lo que necesitan. Muchas veces pasa de que luego de que se hizo realidad nuestra imaginación, no es lo que realmente esperabamos. Se cumplen esas imágenes, pero de modo equivocado. ¿Y cual es la reacción frente a eso? Creamos nuevas ilusiones, se renuevan. Ahora lo que esperamos es que ese deseo que ahora es real se torne a algo positivo, que siga ocurriendo, pero de distinta manera. Esperamos el cambio. Nos esforzamos para que eso ocurra, tal como antes logramos que nuestra imaginación sea nuestra historia actual. Pero algo sucede... y ese es el peor momento de toda esta historia; Despertamos. Nos damos cuenta de que todo el cuento que teníamos armado, los personajes, la trama, el diálogo, todo era una imaginación que dejamos volar, tal como en el principio era una cosa mínima ahora se había convertido en lo contrario a un deseo; ahora es nuestra pesadilla. Deseamos con todo nuestro ser que todo el cambio pase, seguimos con nuestra ilusión, aunque pasó de un 100% a un 10%. Pero un rato después volvemos a la realidad, nos damos cuenta de que ya todo está perdido. De que todo sólo fue un juego mal jugado Las cosas no son como queríamos. Nos esforzamos, lo intentamos pero conseguimos un error. Un grave error. Logramos hacernos mal a nosotros mismos, nos lastimamos solos. ¿Pero como no nos dimos cuenta? Estaba todo tan claro... tendríamos que haber abierto los ojos antes, pero no lo hicimos. Las ilusiones se adueñaron de nosotros. ¿Y ahora? ¿Que hacer? ¿Como sanamos las heridas que aún están abiertas? Las ilusiones matan.
Cada uno tiene la solución en sí mismo, pero todos usamos la misma forma de BORRAR EL PASADO. Creamos ilusiones nuevas. Parece todo un círculo, ¿no? Y sí, es así. En definitiva, aunque todo sea un círculo de imaginación, es ese deseo lo que nos hace pelear y ver hasta cuánto podemos dar de nosotros mismos. Gracias a las ilusiones logramos lo que queremos, muchas veces obtenemos una SONRISA, otras, un ERROR. Pero no nos olvidemos que de los errores se aprende y de que muchas ilusiones son las que nos matan para vivir

No hay comentarios:

Publicar un comentario